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Filtro salida roscada BSP
La malla como medio filtrante, aporta mayor agilidad en la limpieza del cartucho, así como un grado de filtración totalmente estable y homogéneo. Ésta podrá variar su micraje en función del tamaño de partículas a retener.
Los filtros de malla realizan un tamizado superficial del agua, reteniendo aquellas partículas de tamaño superior al de los orificios de malla. Esto hace que su colmatación sea mucho mas rápida que la de los filtros de arena. Por esta razón se suelen utilizar con aguas no muy sucias que contengan partículas de tipo inorgánico, o como elementos de seguridad después de hidrociclones, filtros de arena o equipos de fertirrigación. Cuando las aguas contienen algas su uso no esta indicado, por que se colmatan rápidamente y dejan pasar las impurezas. Existe una clasificación que distingue entre “cartuchos” y filtros de malla propiamente dicho. La diferencia entre ambos no es demasiado importante y se refiere exclusivamente al tamaño: Los cartuchos son filtros pequeños para caudales de menos de 10 m3/h.
Están especialmente indicados para la retención de partículas de origen mineral, ya que la materia orgánica con estructura fibrosa, suele colarse con relativa facilidad a través de los orificios de la malla. Estos filtros deben ser capaces de retener partículas cuyo tamaño sea superior a 1/8 del diámetro de mínimo de paso del emisor que se piensa instalar.
En cualquier instalación de riego localizado se debe disponer de al menos un filtro de mallas o anillas de riego localizado, para retener las partículas de origen mineral que puedan llevar el agua en suspensión.
El diseño de los filtros de malla, permite su instalación tanto en sistemas con limpieza manual como en semiautomático. En sistemas semiautomático, siempre habrá que colocar al menos dos filtros en paralelo.
MESH: es el número de hilos por pulgada en una malla
MICRAS: es el tamaño mínimo de partícula retenido por el filtro